El venezolano Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, señalado por la Fiscalía colombiana de conducir la moto acuática utilizada para el asesinato en Barú del fiscal antimafia de Paraguay Mercelo Pecci, y capturado el martes en las afueras de Caracas, confesó en detalles ante las autoridades de su país, cómo fue su participación en el magnicidio.

En un video publicado en redes sociales por el ministro del Interior de Venezuela, Remigio Ceballos Ichaso, Salinas Mendoza hace un relato pormenorizado del crimen.

"Estando en Medellín, en un evento de motopiruetas, me encontré a Francisco Correa, alias 'El Monín', donde me dice que hay que hacer la ejecución de un sicariato, yo le dije que si había dinero, me dice que sí y me da órdenes de que busque a dos personas más", dice Salinas en las imágenes.

"En Cartagena nos da 'Monín' la pistola con la que íbamos a ejecutar el sicariato", sigue.

Sobre la ejecución del crimen, detalla.

"Alquilamos una moto de agua, nos dirigimos hacia la playa Barú y ejecutamos. Se baja 'El Guácala', (Wendre Still Scott Carrillo) ejecuta al fiscal, se monta en la moto y nos vamos, donde nos estaban esperando (...) para irnos hacia Medellín vía terrestre".

En la capital antioqueña recibe la paga por la empresa criminal.

"Agarré 8.000 dólares y me vine hacia Venezuela", indica el detenido.

A pesar de esta total confesión del delincuente, el ministro Ceballos Ichaso señaló que Salinas será juzgado en Venezuela, ya que la ley de su país "prohíbe taxativamente la extradición de venezolanos".

Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza viene siendo procesado por la justicia colombiana, que ya condenó a 23 años y 6 meses a casi toda la célula que participó en el complot criminal.

Un juez de Cartagena les impuso la pena al también venezolano Wendre Still Scott Carrillo, sicario del fiscal paraguayo; Eiverson Adrián Arrieta Zabaleta, responsable del transporte y la logística del crimen; Marisol Londoño Bedoya y su hijo Cristian Camilo Monsalve Londoño, involucrados en los seguimientos y perfilamientos de la víctima.

Mientras tanto continúa el proceso contra un oficial retirado del Ejército colombiano, Francisco Luis Correa Galeano, quien figura como autor intelectual del magnicidio, aunque los investigadores creen que es el eslabón con los verdades determinadores del crimen. 

En desarrollo de la investigación la fiscalía encontró que Galeano intercambió 36 llamadas telefónicas con Marisol Londoño Bedoya, la encargada del seguimiento a la víctima.

“Este crimen fue pagado o negociado por más de 2.000 millones de pesos, en donde se repartieron esos recursos entre varias personas”, dijo tras el esclarecimiento del crimen el Fiscal Francisco Barbosa.